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1. Pronunciar sus súplicas estando con ablución (wudu’), tal y como se purifica para la oración:

La evidencia está en el hadiz narrado por Abu Mussa en los dos Sahih, donde contó su historia con su tío Abu Amer, que Al-lah esté complacido con él. El hadiz habla de que Abu Amer recomendó a Abu Mussa que pidiera al Profeta de Al-lah que suplicara por él. Entonces Abu Mussa le informó que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pidió agua para hacer la ablución, luego levantó las manos y dijo: “Oh, Al-lah, perdona a tu siervo, Abu Amer”. Abu Mussa dijo: “Vi la blancura de su axila”. Entonces el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: "¡Oh, Al-lah! Haz que el Día del Juicio Final (Abu Amer) esté por encima de mucha gente (en una posición elevada)'" (Bujari 4323 y Muslim 2498).

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